Amanece un día más

Amanece un día más

Amanece un día más

<<Amanece un día más. Me levanto y lo primero que hago es subir la persiana y asomarme para comprobar que el mundo sigue ahí fuera. Para observar cómo algunos vecinos pasean a sus mascotas tomándose más tiempo del que nunca se habían tomado. Para ver cómo trabajan los obreros de enfrente y para escuchar el piar de unos pájaros en los que nunca me había fijado. Y así, después de unas horas, vuelvo a acercarme a la ventana. La bendita ventana que nos da un ratito de vida cada día. La que nos devuelve a la realidad y desde la que observamos la vida ralentizada.

Los rayos de sol que atraviesan el vidrio me calientan la cara y la ligera brisa que entra al abrir me confirma que todo volverá a fluir de buena manera. Cierro los ojos, disfrutando del sol y el aire y sigo escuchando los pájaros piar. Y vuelo. Vuelo lo más alto y lejos posible. Vuelo sin miedos, sin preocupaciones y sin barreras porque la imaginación es lo más poderoso que tenemos y nuestra aliada en estos momentos de incertidumbre. Y tras volar unos minutos, abro los ojos y me cercioro de que todo sigue igual. Que todo sigue tal como estaba antes de soñar. Visualmente todo sigue igual pero yo he vuelto a cambiar.

Mañana amanecerá de nuevo y seguiremos aquí, mirando a través del vidrio que nos proporciona realidad y cordura.>>

Jessica García

 

Pensar en voz alta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *